Hay una pecera con
peces invisibles. Tengo que concentrar la mirada por horas para poder empezar a
pensar que no son un invento. Después de un tiempo con los ojos cerrados y la
respiración contenida, puedo sentir que hay partes en mi que no son de mi pertenencia. Cuando estás cerca, cada parte de mi cuerpo
que tocás vuelve a mi zona de control. Puedo sentir tus dedos y tus labios y
puedo estremecerme de manera acorde.
Con un poco más de
tiempo, puedo perder el control y hasta el conocimiento. Como con el mundo.
Todos los objetos prestados que no puedo romper no me pertenecen. Todas las
cosas que nunca dijiste, como peces invisibles escapan a mi ojo, y no importa cuánto tiempo pase no puedo
dilucidar si son o no un invento. Cuando nos conocimos eras tan frágil como yo,
pero vos te hiciste fuerte, vos sos fuerte y yo no. Vos te cristalizás mientras
yo me evaporo. Como el resto de las cosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario